¿Qué puedes hacer tú?

¿Lo necesitas o es un capricho?

La publicidad puede jugarnos malas pasadas, haciéndonos creer que necesitamos imperiosamente objetos que nos van a hacer felices. Vale la pena pensarse dos veces el uso que se le va a dar y donde acabará. Quizás ahorrándote el gasto te puedas permitir tener más tiempo libre para disfrutar de la vida

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¿El precio recoge el coste del producto? ¿qué se esconde trás la marca?

Los aparatos electrónicos tienen un gran coste social y medioambiental asociado, desde la extracción de minerales hasta su tratamiento como residuo. Piensa dos veces si quieres pagar el precio y que otras personas paguen ese coste. Esto no aparece en los catálogos, tendrás que investigar un poco que políticas sigue cada marca en estos aspectos. Hazles saber que te importa el modo en que hacen las cosas optando por la marca más adecuada. Las empresas se rigen por beneficios y tu elección afecta a sus decisiones.

¿Y si no encuentro nigún producto ético pero aún así, lo necesito?

Siempre puedes apoyar campañas que trabajen para hacer visibles estos problemas y forzar a las compañías a cambiar de comportamiento. La mayoría de las emprsas se cuidan mucho de tener una buena imagen, y una campaña desfavorable puede convertirla en una inversión menos segura.

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¿Qué hago con el producto que quiero sustituir?

Además de reciclarlo, puedes venderlo a una tienda de segunda mano, prolongando así su vida útil y alejándolo de los vertederos. También puedes donarlo a ONGD, entidades lucrativas, centros sociales con acceso a internet, personas con pocos recursos o zonas desfavorecidas. Siempre que hagas una donación, asegúrate de que el dispositivo funciona correctamente.