ISF, Alboan y SETEM nos unimos para lanzar el vídeo “Conecta sin conflicto”, demandando una electrónica más justa debido a los graves impactos sociales y medioambientales que ocasiona la industria electrónica y denunciamos la violación sistemática de los derechos humanos en el proceso de extracción de minerales necesarios para su desarrollo.

Somos seres ecodependientes e interdependientes pero se podría decir también, que, salvo casos muy excepcionales, somos seres ‘tecnodependientes’. Hoy en día y aquí, ahora mismo, leyendo estas líneas, puedes comprobar que vivimos en un mundo digitalizado donde lo laboral y lo personal necesitan de lo digital, tanto a nivel colectivo como individual. Y esto tiene unas repercusiones globales, impactos sociales y medioambientales tremendos y que vulneran multitud de derechos humanos a lo largo del ciclo de vida de un aparato electrónico.

Prácticamente todos los dispositivos electrónicos de última generación incluyen componentes fabricados con tantalio, wolframio, estaño y oro, además de muchas otras materias primas de origen mineral como cobalto, cobre, litio, plata, etc… Estamos hablando de objetos de consumo tales como teléfonos móviles, ordenadores, tabletas, bombillas y joyería. Pero también de la gran mayoría de componentes electrónicos (chips, condensadores, baterías, etc.). Estos se emplean en sectores punteros que se están tecnificando de manera cada vez más compleja y rápida como la microelectrónica, las telecomunicaciones, la robótica quirúrgica y la industria aeroespacial. La extracción de estos minerales hace que cada día, conectes con cientos de conflictos armados.

En lugares como la República Democrática del Congo, a la extracción, se suma un contexto de conflicto armado y la violación sistemática de los derechos humanos. Por eso, es importante que nos informemos para poder actuar. Esta región es una de las zonas mineras más importantes del mundo, especialmente el este del país. Allí se encuentra el 80% de las reservas mundiales de coltán, mineral sin el cual la revolución de las nuevas tecnologías, en especial de la tecnología móvil, no habría sido posible. El conflicto en el Congo, agravado por la  extracción de minerales para el consumo de nuestra electrónica, ha ocasionado la muerte de al menos 6 millones de personas desde 1996, convirtiéndose en el peor de los infiernos, especialmente para las mujeres. Más de 500.000 mujeres han sido violadas en RDC en los últimos años. Lo que convierte al Congo en el PEOR LUGAR DEL MUNDO DONDE NACER MUJER.

“Europa debe preguntarse si es lícito que su desarrollo se sustente sobre la desgracia y el expolio de otras partes del mundo”

Caddy Adzuba

Con una historia tan rica como sus recursos naturales y decenas de grupos armados alimentando el conflicto, la República Democrática del Congo es uno de los países del mundo más devastados y con más desplazados a causa de la violencia y el expolio. En 2019, según los datos del Ministerio de Minas, el Congo exportó 1,4 millones de toneladas de cobre, casi 78.000 de cobalto y más de 33.000 kilos de oro. Además, entre 2014 y 2017, exportó 7.557 toneladas de coltán, más de la mitad producido en Kivu del Norte. Sin embargo, el 85% de esta producción minera está en manos extranjeras, concretamente en la compañías Randgold (anglo-sudafricana), AngloGold Ashanti (Sudáfrica), Glencore (Suiza), Ivanhoe (Canadá) y Zijin Mining, MMG y China Molybdenum (chinas). En 2016, obtuvieron 2.600 millones de dólares por esta producción, de los cuales apenas un 4% acabó en las arcas del Estado congoleño.

Desde ISF, SETEM y ALBOAN venimos demandando una electrónica justa desde hace años, debido a los graves impactos sociales y medioambientales que se producen a lo largo de todas las fases del ciclo de vida de un producto electrónico. Unidas lanzamos este vídeo centrado en la extracción de minerales, para seguir luchando por cambiar esta situación. Pero no estamos solas sino que junto a nosotras otras organizaciones trabajan también por ello, y entre todas unimos nuestras fuerzas con el fin de sensibilizar a la ciudadanía, fabricantes, instituciones políticas y administraciones públicas. Porque la sensibilización es el primer paso para implicarnos en las responsabilidades que todas las partes tenemos para conseguir una electrónica ética.

Promover un modelo electrónico justo que garantice los derechos humanos es imprescindible. Y las responsabilidades son compartidas:

Por las INSTITUCIONES POLÍTICAS, que deben establecer leyes vinculantes que obliguen a respetar los derechos fundamentales y fomentar una economía circular.

  • Por las EMPRESAS, que han de garantizar unas correctas condiciones de extracción y trazabilidad.
  • Por las ADMINISTRACIONES PÚBLICAS apostando por una compra socialmente responsable para exigir transparencia y ética a sus proveedores.
  • Y por la CIUDADANÍA. Exigiendo y seleccionando alternativas éticas, reduciendo nuestro consumo a través de la reparación, la reutilización y reciclando.

El 1 de enero de 2021 entró en vigor en toda la UE una nueva legislación: el REGLAMENTO SOBRE LOS MINERALES DE ZONAS DE CONFLICTO, conocida como ley de debida diligencia. Su objetivo es contribuir a frenar el comercio del estaño, tantalio, wolframio y oro, siendo un paso positivo en la lucha para solucionar esta situación, pero que sin embargo cuenta con bastantes puntos de mejora. Por nombrar algunos puntos principales, la ley será sólo obligatoria para importadores directos de estos únicos 4 minerales, quedando fuera otros minerales críticos así como las empresas que importan dispositivos electrónicos o componentes manufacturados con dichas materias, estableciendo además unos umbrales de importación innecesariamente altos que dejarán fuera a gran número de empresas que importan menos de esa cantidad.

Bibliografía:

https://www.tecnologialibredeconflicto.org/congo/

https://www.tecnologialibredeconflicto.org/faq/#minerales-conflicto-otros-paises

https://www.eldiario.es/consumoclaro/por_derecho/elementos-presentes-movil-preocuparnos-seriamente_1_3493609.html